Ningún contratiempo, ni siquiera una pandemia mundial, ha derribado a Pedro Sánchez este último lustro. Tampoco con anterioridad. Sin embargo, la investigación abierta a su mujer, Begoña Gómez, parece haber colmado su paciencia y, sorprendentemente, le ha empujado a meditar si abandona la presidencia del Gobierno español, una decisión que anunciará el próximo lunes tras haber cancelado su agenda. “Necesito parar y reflexionar. Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor”, escribió de su puño y letra en una carta a la ciudadanía que publicó en la red social X.

Horas antes, una denuncia del sindicato ultraderechista Manos Limpias había servido para que el Juzgado de Instrucción Número 41 de Madrid, con el magistrado Juan Carlos Peinado a la cabeza, abriera diligencias a su esposa por los presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, pese a estar sustentada la iniciativa de dicha asociación en ocho recortes de informaciones periodísticas y bulos sin contrastar.

Sostiene Sánchez que “a pesar de la caricatura que la derecha y la ultraderecha política” han hecho sobre él, “nunca he tenido al cargo”. “Sí lo tengo al deber, al compromiso político y al servicio público. Yo no paso por los cargos, hago valer la legitimidad de esas altas responsabilidades para transformar y hacer avanzar al país que quiero”, apuntaba en la misiva antes de resolver su camino y de explicitar el asunto que afecta a su mujer. “Begoña defenderá su honorabilidad y colaborará con la Justicia en todo lo que se la requiera para esclarecer unos hechos tan escandalosos en apariencia, como inexistentes”, indicó el líder del PSOE tras comentar que “por lo que parece, el juez llamará a declarar a los responsables de dos cabeceras digitales que han venido publicando sobre este asunto. En mi opinión, son medios de marcada orientación derechista y ultraderechista”.

“No soy un ingenuo. Denuncian a Begoña por ser mi esposa. Y soy un hombre profundamente enamorado que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también”

Sánchez no tiene reparos en culpar a PP y Vox de la atmósfera que se ha generado. “Esta estrategia de acoso y derribo lleva meses perpetrándose. No me sorprende la sobreactuación del señor Feijóo y del señor Abascal. En este atropello tan grave como burdo, ambos son colaboradores necesarios junto a una galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias”, describe. De hecho, fue el primero de ellos quien denunció el caso ante la Oficina de Conflicto de Intereses, “pidiendo para mí de 5 a 10 años de inhabilitación para el ejercicio de cargo público”. “La denuncia fue archivada doblemente por dicho organismo, cuyos funcionarios fueron descalificados posteriormente por la dirigencia del PP y de Vox”, recuerda el dirigente socialista, que añade en su relato: “Seguidamente, instrumentalizaron su mayoría conservadora en el Senado, impulsaron una comisión de investigación para, según dicen, esclarecer los hechos relacionados con este asunto. Faltaba la judicialización del caso. Es el paso que acaban de dar”. “Se trata de una operación de acoso y derribo por tierra, mar y aire, para intentar hacerme desfallecer en lo político y en lo personal atacando a mi esposa”, sentencia.

Estrategia de PP y Vox

Acto seguido, Sánchez ahonda en esa carta en las razones que han llevado al punto en que nos encontramos. “No soy un ingenuo. Soy consciente de que denuncian a Begoña no porque haya hecho algo ilegal, sino por ser mi esposa. Como soy también plenamente consciente de que los ataques que sufro no son a mi persona sino a lo que represento”, dice, lamentando “el sostenido intento de deslegitimación del Gobierno de coalición progresista -por ejemplo- al calor del ignominioso grito de que te vote Txapote. Tampoco pudieron quebramos”. Ni siquiera lo lograron “las baterías mediáticas y demoscópicas conservadoras” en julio de 2023, y en este contexto “no aceptaron el resultado electoral. Fueron conscientes de que con el ataque político no sería suficiente y ahora han traspasado la línea del respeto a la vida familiar de un presidente del Gobierno y el ataque a su vida personal”. “Sin ningún rubor, Feijóo y Abascal, y los intereses que a ellos les mueven, han puesto en marcha lo que el gran escritor italiano, Umberto Eco, llamó la máquina del fango. Esto es, tratar de deshumanizar y deslegitimar al adversario político a través de denuncias tan escandalosas como falsas”, argumenta.

A juicio de Sánchez, esta es la situación que sufre el Estado, “una coalición de intereses derechistas y ultraderechistas que no toleran la realidad de España, que no aceptan el veredicto de las urnas, y que están dispuestos a esparcir fango con tal de, primero, tapar sus palmarios escándalos de corrupción y su inacción ante los mismos; segundo, esconder su total ausencia de proyecto político más allá del insulto y la desinformación; y tercero, valerse de todos los medios a su alcance para destruir personal y políticamente al adversario político”. 

Tras toda esta disertación es cuando el presidente del Ejecutivo se pregunta en la misiva “si todo esto merece la pena”. “Este ataque no tiene precedentes, es tan grave y tan burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa. Muchas veces se nos olvida que tras los políticos hay personas. Y yo, no me causa rubor decido, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día si y día también”, concluye.