En Ermualdeko Zura ofician una cocina “a su gusto”, aunque con el foco puesto en la brasa. Por allí pasan carnes de Gipuzkoa, rapes y hasta espinacas y setas como las de cardo, o la crema de boniato que estofan al calor de la lumbre. Y sobre todo, la chuleta, a la que aporta un matiz especial la brasa que preparan con leña de roble, sin emplear carbón.

El equipo de cocina de Ermualdeko Zura prefiere no ceñirse a un estilo de cocina concreto, recogiendo incluso recetas de la amama, que junto a su propia personalidad da lugar a guisos como la velouté de morcilla, tan típica de Laudio. Y de cara al invierno barajan incluir también algún plato de puchero.

En imágenes: Ermualdeko Zura, un restaurante que tienta desde Laudio Ermualdeko Zura

Trabajan carta y los menús Chuleta –cuyos entrantes van cambiando según temporada–, y Zura o Ejecutivo, que pueden degustarse a mediodía de jueves a domingo, si bien próximamente contemplan abrir también los martes y miércoles. Por ahora, solo sirven cenas de encargo a partir de 10 personas.

Hoy por hoy es un plato recomendado de la carta el pulpo a la brasa con parmentier de sobrasada y en temporada, el cordero a la brasa y a baja temperatura, que traen de Orozko. Porque en la medida de lo posible, apuestan por el género local, especialmente frutas y verduras.

Acompañan sus elaboraciones con vinos sobre todo de Rioja, de los que se nutre su bodega, aún incipiente, ya que abrieron el restaurante hace tan solo ocho meses. La propia demanda irá marcando y ampliando en adelante el número de referencias y de D.O.

En imágenes: Ermualdeko Zura, un restaurante que tienta desde Laudio Ermualdeko Zura

Con tales ingredientes y un servicio atento al cliente, el joven equipo de profesionales al frente de Ermualdeko Zura busca dar la mejor respuesta al comensal en su comedor. De alma rústica y con capacidad para 25 comensales, le dan personalidad sus paredes de piedra propias de un baserri y el fuego bajo. Allí el trato es cercano, propio de un negocio familiar.

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Con buen tiempo se puede comer fuera, en una terraza que en invierno prevén cubrir con un cerramiento acristalado, que deje ver el paisaje verde que rodea al baserri, ubicado junto a la emita de Santa Lucía.

Un ingrediente añadido de la oferta gastronómica del restaurante es el entorno, ideal para una salida montañera y donde los niños pueden jugar sin peligro. Además, cuenta con parking propio.