El Aeropuerto de Bilbao es el teatro en el que se representa cada día la obra maestra de una Bizkaia que apuesta por al turismo. Loiu es un atleta de fondo que bate cada año récords sin límites de tráfico en las dos direcciones: los que vienen de fuera y los que parten en busca de una energía tan básica como conocer otras culturas. Para dar respuesta a ambos lados de la balanza, La Paloma ganará envergadura , sus alas crecerán para ampliar la terminal, respetando la estética actual, informó ayer el Gobierno español.
Con todo habrá que esperar para visualizar el cambio. La actuación se ejecutará a partir de 2027, dentro de un plan de inversiones del Estado de casi 13.000 millones que arrancará dentro de dos años y se prolongará hasta 2031.
Como adelantó DEIA en noviembre del año pasado, los técnicos de Aena han diseñado un nuevo salto en la dimensión del aeródromo con dos parámetros sobre la mesa: la previsión de crecimiento de pasajeros y una solución que adaptada al diseño original del aeropuerto.
Un proyecto de 2008
Con la confirmación de esta decisión, el gestor estatal de los espacios aeronáuticos recupera en líneas generales el proyecto presentado antes de la crisis económica de 2008. Entonces se planteó la creación de dos grandes pasillos desde los extremos del actual edificio que permitiera albergar más accesos directos a los aviones a través de las pasarelas, los fingers que facilitan el acceso a los pasajeros.
En principio, a falta de conocer el proyecto final, son dos diques alargados que, mirando hacia las pistas de aterrizaje y despegue, acogerían tres nuevas pasarelas telescópicas en su lado izquierdo y otras dos en la parte de derecha, todas ellas con sus salas de embarque correspondientes. De esta forma casi se duplicarían los puestos de aviones en la terminal al sumar cinco a las seis pasarelas actuales.
Es la respuesta lógica al constante incremento de vuelos desde y hasta La Paloma y conllevará a su vez la reducción de los viajes en bus por las pistas del aeropuerto. Un paso que adapta Loiu a la evolución creciente de su tráfico pero adaptándose a su realidad, ya que no se trata de una terminal de conexión y apuesta sobre todo por los vuelos directos.
Acceso más ágil
Loiu seguirá siendo un aeropuerto mediano, con gran tránsito, cabecera del norte de la península ibérica, pero con vocación de agilizar la llegada y salida de aviones. Una vez descartada ampliar las instalaciones con una nueva terminal, que habría restado operatividad para los viajeros y sumado un gasto extra, la solución pasaba por aprovechar la estructura actual con una ampliación medida, diseñada en función de las necesidades actuales y enfocada a un acceso más ágil para los viajeros.
No se conoce el presupuesto destinado a Loiu, pero la operación forma parte de una inversión global para el sistema aeroportuario, “la mayor de las últimas décadas”, anunciada ayer por el presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, en el aeropuerto de Alicante-Elche.
El gasto rondará los 12.890 millones de euros entre 2027 y 2031, con el fin de que las instalaciones puedan “adaptarse al crecimiento de la demanda”. En el caso de Euskadi, además de la ampliación del edificio terminal del aeropuerto de Bilbao, se va a proceder al recrecido de la pista del de Gasteiz, mientras que en el de Hondarribia se financiarán obras de mejora en la sala de embarque. Son actuaciones en todo caso menores dentro de la inversión prevista, que destinará cerca de 4.000 millones de euros a la modernización de la Terminal 4 de Madrid, así como a la creación de un nuevo procesador para unificar y renovar las terminales 1, 2 y 3 del aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas.
Barcelona recibirá 3.000 millones con el objetivo de convertir la infraestructura en un “referente de sostenibilidad” y alcanzar una capacidad de 90 operaciones por hora. Las actuaciones contemplan la reconfiguración de las terminales T1 y T2, con actuaciones de mejora en esta última, y en sus aparcamientos asociados, y actuaciones de mejora y ampliación en algunas pistas.
El aeropuerto alicantino, en el que Pedro Sánchez anunció la inversión global, recibirá casi 1.200 millones. De modo que tres instalaciones recibirán el 63% de los fondos.
Más superficie de facturación y control
De acuerdo al plan, en el quinquenio 2027-2031 arrancarían las actuaciones más significativas en el Aeropuerto de Bilbao, donde se está planteando un alargamiento del edificio terminal por ambos lados para maximizar las posiciones de contacto y una ampliación del procesador central para “dotar de mayor superficie a los procesos de facturación, control de seguridad y control de fronteras”.
Según detalló la Delegación del Gobierno español en la CAV, un edificio satélite “no tiene sentido en un aeropuerto de estas características” por varios motivos. Entre ellos, dónde ubicarlo sin perder espacio para el resto de las necesidades del campo de vuelos cumpliendo la normativa internacional y la “incomodidad” para el pasajero y la posibilidad de hacerlo a costa de ampliar el terminal actual. Además, creen que supondría “un coste adicional difícil de justificar”.
En este sentido, se considera que la plataforma se adecua a la ampliación del edificio para que las puertas de embarque puedan disponer de pasarelas y se apunta que la pista actual es “suficiente” para la operativa prevista en el largo plazo.
Todo ello en un contexto en el que el turismo muerde cada año un trozo más grande de la manzana de la economía de Bizkaia. Al ritmo actual, Loiu rozará a finales de este año los siete millones de viajeros. El acumulado hasta agosto supera ya los 4,7 millones de pasajeros.