Otra vez aquello de la mano izquierda engañando a la mano derecha y/o viceversa. Aunque tal vez sea solo un juego de trileros y de dobles o triples varas. Les cuento...

El grupo de EH Bildu en el ayuntamiento de Bilbao exige que el consistorio elimine los espectáculos de tauromaquia en la Villa de Don Diego y rescinda todos los contratos públicos que “no se ajusten a los estándares éticos o conlleven maltrato o sufrimiento animal”.

Viniendo de quien viene, la primera parte, o sea, lo de los “estándares éticos”, provoca una sonrisa llena de lágrimas por motivos que no hace falta explicar. Lo otro, lo de no financiar con el dinero de la ciudadanía espectáculos sangrientos que se hacen pasar por manifestaciones culturales, qué quieren que les diga. Simplemente, que me adhiero.

¿Y en Iruñea?

Pero no solo me adhiero en lo que toca a la capital vizcaína sino a cualquier otro lugar, incluyendo Zestoa, Azpeitia y, ¡oh, ah, uh!, Iruñea. Sintiéndolo mucho (bueno, en realidad, nada), proclamo que esto no es una cuestión de matices. Aquí solo cabe el sí o el no. No hay lugar a medias tintas.

Si la llamada tauromaquia -palabro más que discutible para definir el trato sádico a unos animales criados específicamente para ser sometidos a martirio- no es de recibo en Bilbao, tampoco debería serlo en lo que los clásicos llamábamos “la capital del Viejo Reyno”.

O sea, que lo que exigen los representantes de la coalición soberanista en el botxo debería ser postura oficial de sus correligionarios en la capital navarra, donde, caramba carambita, gobiernan tras una épica moción de censura contra la hoy presidenta de UPN y ocupante de un despacho de 16.000 euros del ala, Cristina Ibarrola.

¿Y qué dice al respecto mi apreciado alcalde Joseba Asiron? Pues que sí, que no, y todo lo contrario. Ayer mismo, el diario La Vanguardia se preguntaba si vamos hacia unos sanfermines sin toros y recogía estas palabras del primer edil: “Los toros son un elemento consustancial de la fiesta y, de cambiar algo, haría falta un replanteamiento total“.

Así llevamos ni sé los años. Mi pregunta es por qué eso solo vale para Iruñea y no para Bilbao