Vivimos en una sociedad con una gran dependencia eléctrica en la que necesitamos estar conectados a la red de una forma continuada y permanente. Prácticamente todo a nuestro alrededor funciona con electricidad: cargadores de móviles, vitrocerámicas, secadores de pelo, frigoríficos, lavadoras... ¡Sin ella estamos perdidos!
En verano, una época marcada por un mayor consumo energético y el aumento de las temperaturas, es habitual que se produzcan apagones eléctricos. Este tipo de situaciones, además, suelen ser muy inoportunas, y dejan (en la mayoría de ocasiones de forma temporal) sin recursos energéticos a miles de personas.
Los cortes de luz más habituales en el hogar, según expertos de EcoFlow, se pueden producir principalmente por cinco motivos. Son estos:
1- Sobrecargas del sistema eléctrico. Las temperaturas extremas son uno de los peores enemigos de la red eléctrica tradicional. En verano, el calor (que cada vez padecemos de forma más intensa y prolongada) puede poner en peligro el abastecimiento de luz, ocasionando cortocircuitos que bloqueen la red eléctrica habitual.
2- Factores meteorológicos. Las tormentas de verano suelen aparecer con más virulencia y, por tanto, afectan de forma más abrupta a los sistemas eléctricos. Muchas de estas tormentas descargan contra los postes de luz dada su elevada altura, recibiendo el impacto de rayos que pueden ocasionar el corte del suministro. Es recomendable que durante las tormentas eléctricas usemos solo los electrodomésticos imprescindibles para evitar que un problema en la red afecte al buen estado de estos, o que los conectemos a una fuente de alimentación externa.
3- Exceso de demanda de electricidad. Al conectar un mayor número de dispositivos, la red puede llegar a colapsar. Es lo que sucede cuando decimos “han saltado los plomos”. Este problema se suele solucionar apagando el último electrodoméstico que se conectó y devolviendo a su posición inicial al interruptor del cuadro de luces. Deberías revisar la tarifa contratada ya que, tal vez, no sea todo lo potente que necesites.
4- El mal estado de algunos aparatos. Aunque no sea un problema exclusivo del verano, también puede desencadenar apagones eléctricos. Hay algunos dispositivos estacionales que debemos revisar y poner a punto antes de usarlos. Por ejemplo, el ventilador o el aire acondicionado, que se pone en marcha de año en año, requiere una comprobación previa para asegurarse de que funciona correctamente sin comprometer el suministro energético del hogar. El mantenimiento de los electrodomésticos es un punto que jugará a favor de los consumidores ante un problema en el sistema general de abastecimiento eléctrico.
5- Mal estado de la red de distribución de la zona. Este aspecto no está en manos del consumidor final, pero no deja de ser una de las causas que ocasionan los cortes de luz en verano, ya que las altas temperaturas actúan de forma más agresiva sobre los sistemas que no están en perfecto estado. En estos casos, lo más interesante es apostar por la instalación de una red ajena capaz de suministrar la energía necesaria.
La próxima vez que sufras un corte de luz empieza por barajar alguna de estas cinco opciones para tratar de identificar el problema. Seguramente encontrarás en ellas la causa del inoportuno apagón. Otra cosa distinta ya es si la solución está en tu mano o si se encuentra fuera de tu alcance y debes buscar ayuda.