Eder Aurre supo desde el principio qué diseño iba a crear para el reto que le propuesto BilbaoCentro para la Semana de la Moda, en la que colabora DEIA. Y creó un abrigo con toques tradicionales y aires de modernidad logrados a través de los tejidos.¿Cómo ha sido preparar un diseño inspirado en Bilbao?

—Ha sido bastante sencillo porque al ser de Bilbao te viene muy rápida la idea. Cuando me lo propuso BilbaoCentro, lógicamente la inspiración era lo que para mí significa Bilbao: tradición, modernidad y diseño. En base a esas tres características he creado la pieza.

¿Qué tiene ese diseño?

—La tradición la he plasmado mediante un paño de lana 100% que nos recuerda a los abrigos que llevaban nuestros aitites mezclándolo con tejidos más técnicos como pueden ser tejidos tipo neopreno y haciendo un guiño al chubasquero, introduciendo ese punto moderno con lo clásico y metiendo dosis de volúmenes y piezas arquitectónicas. Puede ser una pieza sencilla porque es un clásico abrigo con cuello con un semi-fit que se entalla en la cintura y hace un efecto capa en la espalda pero tiene ese punto de utilización de diferentes tejidos que le hace un pieza un poco moderna.

¿2020 está siendo un año de reinvención?

—El confinamiento nos pilló en plena época de invitadas y fue un parón grande porque se anuló todo y está pendiente para el año que viene. La empresa la tienes que llevar adelante y hay que reinventarse. Empezamos con unas mascarillas en los primeros días del desconfinamiento y ahora hemos sacado una línea de sudaderas, kimonos€ cosas sencillas con nuestro ADN pero que se pueden utilizar en el día a día y no hace falta un evento para llevarlas.

Los nombres de sus colecciones son muy curiosos.

—Cada colección es un mundo y me inspira todo: desiertos, flores, en partes de las flores€ Hago un pequeño guiño a la dislexia porque me la detectaron de pequeño. Por ejemplo, ecléctica lo escribo con K. Me gusta que lleve una K porque me ha dado suerte.

¿En qué sentido le ha dado suerte la letra K?

—La primera colección fue Eklectika y después Kilimanjaro. Son colecciones con las que gané varios premios a nivel territorial y nacional. Es una especie de amuleto.

En su trayectoria ha ganado varios premios.

—Los certámenes han sido mi trampolín y los que han hecho que me esté dedicando ahora mismo a lo que más me apasiona.

Sus prendas son diferentes pero sin logotipo a la vista.

—No utilizamos el logotipo como reclamo. Utilizamos lo que nos identifica: la mezcla de colores, de texturas€ La protagonista es la prenda y la persona que la lleva. Tenemos otro concepto de marca, que la gente compre prendas especiales y que perduren en el tiempo, que no sean una tendencia.

Además, la marca colabora con entidades solidarias.

—Hemos hecho donaciones de tejidos, desfiles solidarios y hay otro proyecto que saldrá pronto, pero todavía no puedo avanzar porque nos los confirmaron hace unos días. En estos momentos nos tenemos que unir y cuando te lo plantean es inevitable decir que sí, no sabes qué te puede deparar la vida.

"La letra K es una especie de amuleto. Empecé con colecciones con K y me ha dado suerte"

"Ahora nos tenemos que unir y cuando te plantean un proyecto solidario es inevitable decir que sí"