Es la moda aliviándose de las fábricas oscuras, de los turnos inagotables y de la contaminación que genera la confección de las prendas. La Fashion Revolution Week, coordinada por Airí Ferrer, bajo el lema How to be a Fashion Revolutionary!, y sobre el hombro de la organización sin ánimo de lucro Fashión Revolution, arrancó como acostumbra: con la denuncia a la contaminación de la industria de la moda y la idea de concienciar a la ciudadanía vasca de la necesidad de nuevas técnicas y así acabar con la segunda industria más contaminante del mundo.

Fashion Revolution 2024 marca diez años de campaña activa e invita a nuestra comunidad global a compartir una década de aprendizajes sobre lo que significa ser parte de la revolución. De una revolución que tuvo un porqué, una espoleta. El escenario de la tragedia fue un edificio de ocho plantas en Savar, a las afueras de Dhaka, en el que unos 5.000 trabajadores, sobre todo mujeres, cosían para cinco contratistas locales que abastecían a una treintena de marcas internacionales. En la mañana del 24 de abril de 2013 la estructura, que se encontraba en mal estado tal y como habían denunciado antes los propios empleados, se derrumbó en cuestión de segundos. Miles de personas quedaron atrapadas. Muchas para siempre, otras fueron rescatadas de los escombros. Aquel día 1.130 personas perdieron la vida y más de 2.000 resultaron heridas. Aquellos talleres de la miseria fueron los que hicieron fijar la mirada.

Charo Álvarez, Maia Curutchet y Javier Barroeta dieron comienzo a la semana de la moda este jueves 25 de abril. En Euskadi hay marcas que llevan años trabajando con la sostenibilidad como principal eje, como por ejemplo, SKFK o BasqCompany, y es que en la filosofía de la Fashion Revolution Week, se buscan los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. El director de BBK Kuna, Kristian Prieto invitaba a unirse a celebrar estos diez años de revolución de la moda, “todos tenemos un papel que desempeñar en la creación de una industria de la vida que dé prioridad a las personas y al planeta”.

Durante la inauguración de esta semana revolucionaria estuvieron presentes la vicelehendakari, Idoia Mendia, Gloria Múgica, Elena Pérez e Isabel Muela entre otras autoridades que asistieron al salón Ganbara de BBK Kuna, decorado con las ilustraciones musicales de la Dj Olatz Arresa, más conocida como Estrella electrónica. Olatz saludó a Víctor López y Alba Feijoo y se lanzó al arrebato. Testigos de cuanto les cuento fueron Jorge Motos, Jaime Huarte, Yolanda Plaza, Leire Huarte, Alatz Oyarzabal; el decorador Eder Costume, Aitor de la Pinta, la italiana Lucia Sabba, María Begoña Camarero, Sonia Camarero, Begoña Abarrategi, Idoia Galarraga, Miren Ceballos, Nagore Martin, Marta Guisasola, Iñigo Abrisketa, Javier Zarate, Elena Morán, Izaskun Mendizabal y una larga corte de gente interesada por la moda extendida al aire por los campos del medio ambiente. La inauguración fue todo un despegue que ayer tuvo su proyección, ya en la Sala BBK de la Gran Vía.

Hubo tres eventos programados. El primero de ellos se trata de una conversación sobre el futuro de la moda que se celebró en la Sala BBK y en el que participaron estudiantes de IED Kunsthal, Inedi y Escuela de Alta Costura Javier Barroeta. Una hora después, en la misma ubicación se libró otra conversación sobre la revolución material. Ainhoa Garamendia y Olatz Perera, investigadoras de nuevos materiales, moderadas por Adele Orcajada, co-fundadora de Material Drive, conversaron sobre nuevos materiales sostenibles para la industria textil. Para concluir la jornada, tres escuelas de diseño presentaron, en la Sala BBK y en sus alrededores, treinta looks sostenibles. Fue todo un éxito y el ejemplo de que la moda puede desplegarse con alas y no con motores.