María Zapata e Ismael Centeno jamás olvidarán el momento en el que salieron de la iglesia el día de su boda y vieron a cientos de aficionados del Athletic cantándoles y celebrando junto a ellos. “Estoy contando los días a ver si pasan pronto porque va a ser como una luna de miel”, relata Ismael Centeno.
Un mes después, Zapata y Centeno siguen estando "en una nube que no nos creemos". Este viernes llegarán a Bilbao para vivir una experiencia completa por la capital vizcaina. “Le dije a mi jefe, no te lo vas a creer, pero el viernes no vengo a trabajar”, cuenta Centeno entre risas.
VIAJE
Entre las actividades preparadas se encuentra una visita al Museo Guggenheim, varios free tour por la villa y un recuerdo inolvidable en las vidas de María e Ismael como futboleros y deportistas, ver el partido que el Athletic disputará este sábado contra el Osasuna desde el palco de San Mamés. Un encuentro que lo van a disfrutar “como niños con zapatos nuevos”.
La primera vez lo harán en el palco, entrando por la puerta grande. “Estamos super contentos y super ilusionados” Nuestros amigos nos dicen que van a estar pendientes del partido”.
Ismael Centeno, como buen bético, señala que siempre ha sentido cariño por el Athletic. “Igual que el Betis es un equipo que despierta simpatía, el Athletic es un equipo que también la despierta y por mi parte siempre la ha tenido".
PASADO EN GASTEIZ
En enero se mudó a Valencia pero ha estado viviendo durante un año en Gasteiz. “Me hace ilusión volver y estar con la gente que conozco allí”, apunta.
Por la cercanía con Bilbao ya habían venido en otras ocasiones a la capital vizcaina.
DÍA DE LA BODA
En un día tan marcado para la afición athleticzale, María Zapata e Ismael Centeno estaban contrayendo matrimonio y lo que pasó en la salida de la iglesia quedará para la historia. “Yo decía que no tenía cubiertos para tanta gente”, decía Ismael Centeno a la salida de la ceremonia.
Los invitados estaban atónitos ante lo que estaba sucediendo. "Era un coro con mi gente y detrás la afición del Athletic". “María y yo nos ambientamos rápido”, matiza. De hecho, "me dio un aficionado una bufanda que por supuesto la voy a enmarcar".
Por un momento se planteó unirse a la fiesta rojiblanca tras alzarse con la Copa pero confiesa que no lo hizo porque "tenía los pies que no podía más, si no me hubiese sumado a la fiesta seguro".
