Corría enero de 2022. Todo transcurría muy rápido para Mason Greenwood (Bradford, 2001), ese chico de origen inglés con raíces maternas jamaicanas, centrocampista ambidiestro reconvertido a delantero, que rompía récords de precocidad en el Manchester United, en cuya academia recaló a los seis años. El pizpireto que a los 13 años batió el récord de Gran Bretaña de su edad en la prueba de 100 metros lisos era ya el segundo jugador más joven en representar al United en una competición europea, el más joven en la era de la Liga de Campeones y el goleador más prematuro del club en un torneo continental, además de internacional con la selección absoluta de Inglaterra. Greenwood se ratificaba como uno de los mayores talentos de su generación. Para el Observatorio de Fútbol CIES, en ese primer mes de 2022 se trataba del cuarto jugador más valioso del planeta, solo superado por Vinicius Junior, Phil Foden y Erling Haaland; en cuanto a Kylian Mbappé, por aquel entonces estaba cerca de finalizar su contrato con el PSG y eso devaluaba su valor de mercado. Greenwood era tasado en 139 millones de euros, no muy lejos de los 166,4 de la cabeza del ranking. Había nacido una estrella para el firmamento de uno de los clubes más prolíficos. Old Trafford se frotaba las manos.

Solo unos días después, un mensaje publicado en Instagram cambiaría la vida de la joya del United. Harriet Robson, pareja sentimental de Greenwood, publicó varias fotografías junto al mensaje: “Para todos los que quieran saber qué me hace realmente Mason Greenwood”. En las imágenes se podía apreciar sangre en el rostro de la mujer y moratones supuestamente ocasionados por el futbolista, que inmediatamente fue detenido acusado de “intento de violación, comportamiento controlador y coercitivo, y agresión con lesiones corporales”. En Old Trafford, la afición del Southampton entonaba: “¡Oh, Mason, ella dijo no; oh, Mason, ella dijo no!”.

El United reaccionó de inmediato: “Mason Greenwood no volverá a entrenar o jugar hasta nueva orden”. El club apartó al futbolista. “No haremos más comentarios hasta que se hayan esclarecido los hechos. El Manchester United no aprueba la violencia”, comunicó la entidad. En febrero de 2023, la Fiscalía de Manchester retiró los cargos contra el jugador. “La renuncia de testigos clave y la aparición de nuevo material originan que ya no existan perspectivas realistas de condena. Bajo estas circunstancias, tenemos la obligación de detener el caso”, detallaba el informe. Es decir, el proceso judicial quedó paralizado, sin determinar la culpabilidad o la inocencia del jugador.

El United llevó a cabo una investigación interna que finalizó sin conclusiones. Greenwood podía volver a calzar las botas. Su contrato permanecía vigente hasta junio de 2025, pero el United acordó con el jugador una salida para que continuara su carrera fuera del club. Los diablos rojos se sacudían así de la presión social. La afición mancuniana no quería a Greenwood con el uniforme rojo. Así, quedaba atrás una etapa de 129 partidos en los que anotó 35 goles y sumó 10 asistencias.

Puertas cerradas

Milan, Roma, Atalanta, Borussia Dortmund y otros clubes del emergente fútbol saudí, según informó The Athletic, rechazaron el ofrecimiento de incorporar a Greenwood, que arrastraba la sombra de su pasado. Más que una oportunidad de mercado, era considerado un potencial problema reputacional. El Getafe no lo vio así; Greenwood era una oportunidad de mercado irrechazable. Sobre la bocina del cierre de la época veraniega de fichajes se hizo con los servicios del jugador en calidad de cedido. Greenwood vestiría de azul durante la temporada 2023-24. Rubén Reyes, director deportivo del club madrileño, salía al paso del dilema moral con unas declaraciones emitidas en la cadena Cope: “Hay una resolución de un juez y que fue claro y contundente. Es un jugador que estaba disponible en el mercado. Con nuestra humildad e ilusión logramos convencer a Mason y nos contó que está muy feliz con toda su familia”.

Tras 18 meses sin jugar, Greenwood regresaría a los terrenos de juego. Durante su presentación como nuevo miembro del Getafe estuvo acompañado por Harriet Robson, que el pasado julio dio a luz al primer hijo de la pareja.

En los campos de fútbol de la liga española no han olvidado la acusación vertida sobre Greenwood. LaLiga ha denunciado en varias ocasiones gritos de “violador” o “muérete” proferidos por seguidores, entre otros, del Athletic, la Real Sociedad u Osasuna. Según el informe elaborado por LaLiga, durante la visita del Getafe a San Mamés se pudo escuchar “lolololo, lolololo, Greenwood muérete, Greenwood muérete”. Asimismo, LaLiga investigó por ejemplo unas palabras de Jude Bellingham, jugador del Real Madrid, en las que pudo referirse a Greenwood como “violador”. Según fuentes oficiales, tras la investigación a la que fueron sometidas las imágenes aportadas, “no se puede acreditar fehacientemente lo que Bellingham dice”, si rapist (violador, en inglés) o rubbish (basura).

Mientras, Greenwood ha venido destacando sobre el césped. Ha disputado 31 partidos en los que ha firmado 10 goles y 6 asistencias; en concreto, hoy recibe al Athletic tras rubricar su primer doblete en el Getafe. Sus actuaciones han producido interés en diversos equipos. El futuro del atacante se ha relacionado con el Barcelona, el Atlético de Madrid, la Real Sociedad, el Valencia o la Juventus. El United, por su parte, no quiere despertar el pasado y parece decidido a desprenderse del futbolista, si bien no renunciará a ingresar alrededor de 40 millones de euros que solicita por el traspaso. Su futuro parece alejado del Coliseum, aunque, como se está observando, quizá no se desprenda de un pasado que cambió su vida.