El informe independiente encargado por la Diputación de Bizkaia a la ingeniería Saitek para esclarecer por qué se produjeron las inundaciones en el barrio de Alzaga de Erandio el pasado 11 de marzo ha desvinculado también las obras del puente All Iron con el desbordamiento que ese día anegó comercios, bajos y garajes. "La extraordinaria magnitud de la inundación del 11 de marzo habría podido provocar por sí misma los efectos requeridos sobre la calle San Ignacio, aun habiéndose mantenido la situación del parque Alzaga previa a la construcción del nuevo puente", ha informado el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Carlos Alzaga, remitiéndose a las conclusiones del estudio.

A petición del PP, Alzaga ha comparecido este miércoles en el pleno de control de las Juntas Generales que se celebra en Gernika para dar cuenta de los pasos que ha dado la Diputación para "garantizar" que los vecinos de este municipio "no sufran inundaciones cada vez que hay lluvias y subidas de mareas. No podemos permitir que unas obras que van a costar 27 millones de euros sea un problema para Erandio", ha mostrado su preocupación la apoderada del PP, Raquel González.

El diputado del departamento que ejecuta esos trabajos ha recordado que las aceras junto a la ría se situaban a una cota de 2,85 metros antes de la obra, que redujo en 10 centímetros esa altura; a 2,75 metros la carretera; 2,37 en la calle San Ignacio, y 2,30 en Obieta. Una "tormenta perfecta" provocada ese día por unas mareas vivas "históricas", viento de hasta 70 kilómetros por hora del noroeste, una presión atmosférica baja y fuertes precitaciones elevaron la lámina del agua hasta superar los tres metros (3,0195, para ser exacto), según los registros de los mareómetros. "La marea pudo superar fácilmente los límites de la costa", ha explicado Alzaga, reflejando un efecto "nulo" de las obras. "Las escasas actuaciones llevadas a cabo son ajenas a las alturas del agua de la marea, que rebosó las cotas de urbanización existentes".

Certificación de URA

Es más. El responsable de Infraestructuras y Desarrollo Territorial ha recordado que antes de iniciar los trabajos se analizó, entre otras cuestiones técnicas, su posible efecto en la inundabilidad del entorno. "Ya sabíamos, antes de comenzar la obra, que el efecto iba a ser nulo", ha subrayado. Pero además, la tramitación del proyecto exigí una autorización de la Agencia Vasca del Agua, URA, en la que se certifica el efecto nulo de cualquier obra que se quiera llevar a cabo en el entorno de un cauce. "El hecho de haber obtenido dicha autorización certifica por sí mismo que la obra no tenía ningún efecto pernicioso en las condiciones de inundabilidad", ha finalizado.